Con su guayabera blanca, el presidente Gustavo Petro volvió a hablar sin rodeos ante el mundo. Denunció los ataques de Estados Unidos contra lanchas en el Caribe, que según él fueron asesinatos de jóvenes pobres e indefensos, no de narcotraficantes ni terroristas.

“Nos dijeron que esos misiles eran para frenar la droga. Mentira. Eran jóvenes de nuestra América Latina”, aseguró Petro desde el atril.
El mandatario insistió en sus banderas de siempre: acabar con la dependencia del petróleo, enfrentar en serio la crisis climática y replantear la fracasada guerra contra las drogas.

También lanzó dardos contra Washington tras la descertificación de Trump en materia de lucha antidrogas: “La política antidrogas no busca frenar la cocaína que llega a Estados Unidos, sino dominar a los pueblos del sur”.
Petro defendió las incautaciones de su Gobierno y recordó que América Latina no puede seguir siendo vista solo como coca o narcotráfico, sino como una región con un enorme potencial en energías limpias.

