El Huila está pasando por un momento crítico. Las lluvias no dan tregua, y los ríos vienen crecidos como hace años no se veía. Municipios como Neiva, Aipe y Villavieja están sufriendo inundaciones que ya no son cosa de unos días, sino que se han vuelto una pesadilla para los campesinos y los que viven cerca del Magdalena. Lo peor es que, cuando el río sube, las represas Betania y El Quimbo empiezan a operar al 100% de su capacidad, y ahí es donde la gente se pregunta: ¿Estarán soltando agua y empeorando las inundaciones?
Y no es solo un problema de ahora. Desde que se construyó El Quimbo, las comunidades han denunciado que el río ya no es el mismo: menos peces, tierras menos fértiles y ahora, con el cambio climático, lluvias más intensas que llenan las represas hasta el tope. Si a eso le sumamos que Betania también está operando al máximo, el miedo es que, con otra temporada fuerte de lluvias, la situación se salga de control. ¿Está el gobierno pendiente de esto, o solo le interesa la energía que producen estas represas?
Al final, el Huila necesita soluciones reales. No basta con que digan “es por el clima” o “son medidas de emergencia”. La gente quiere saber si habrá más controles, compensaciones justas y un plan serio para evitar que cada invierno se convierta en una tragedia. Mientras tanto, los municipios ribereños seguirán en alerta, porque cuando el río suena, agua lleva… y esta vez, parece que trae más problemas que soluciones.
¿Tú qué opinas? ¿Crees que las represas ayudan o perjudican en esta crisis? 💧⚡
